Winnie the Pooh y Peter Pan, entre otros iconos infantiles, han sido subvertidos en películas de terror tan baratas como sangrientas, que bajo ningún concepto deberían ver los niños. La liberación de los derechos de autor ha permitido estas perversas mutaciones en películas gore de bajo presupuesto que han encontrado un público dispuesto a sufrirlas. Es el llamado “Public Domain Horror”, un género en sí mismo. Aquí mostramos el fenómeno, y recordamos algunos interesantes precedentes, así como en qué plataformas encontrarlos.
Peter Pan: Pesadilla en Nunca Jamás (2025)
Scott Chambers ha convertido a Peter Pan en un odioso secuestrador de niños, y a Campanilla en una repugnante yonqui que se inyecta heroína pensando que es polvo de hadas: J.M. Barrie se debe de estar revolcando en su tumba. Es la última blasfemia de la productora Jagged Edge Productions, que tiene en el horizonte otras gamberradas como Poohniverse: Monsters Assemble.
Winnie the Pooh: Miel y sangre (2023)
La estrella de Jagged Edge Productions no es otro que Winnie the Pooh, muy bien acompañado por los demás lindos ositos creados por A.A. Milne, que también debe de estar dando golpes de protesta en su féretro, al verlos convertidos en sangrientos asesinos vengadores. Un festival de gore barato que ya se ha convertido en una trilogía completada por Winnie-the-Pooh: Blood and Honey 3, otro slasher con derroche de hemoglobina a chorrazos.
Screamboat: La Masacre Del Ratón (2025)
Después de Mickey's Slayhouse forman el nuevo Club de Mickey Mouse, en versión sangrienta, y seguro que Walt Disney tampoco está contento con esta inclemente liquidación de su legado.
Rare Exports (2010)
Para analizar esta tendencia, quizás habría que empezar por hablar por la destrucción de las Navidades, como por ejemplo en esta película finlandesa de Jalmari Helander que, en comparación con los ejemplos precedentes, ya sería una auténtica obra maestra. Una interesante mezcla de comedia negra y terror navideño, una tradición casi tan ancestral como las propias navidades, en la que podríamos encontrar películas como The Mean One, además de Terrifier 3, por supuesto.
It (2017)
Tampoco tendríamos todas las herramientas para entender el fenómeno si nos perdiéramos el momento en el que los payasos salieron del circo para convertirse en asesinos en serie (aunque Charlie Rivel ya angustió a toda una generación). Stephen King es, en gran parte, responsable por haber inventado a Pennywise, que primero dio para una terrorífica una secuela igual de bien recibida, y no menos clasificada R.
En compañía de lobos (1984)
Pero este perverso subgénero reposa sobre la base de coger los ya de por sí bastante aterradores cuentos de hadas, en los que siempre hay brujas y villanos, para sacudirles los aspectos más infantiles y potenciar los más perturbadores. La gran precursora fue esta película de Neil Jordan que adapta la novela de Angela Carter que se inspiró en el cuento de Caperucita para darle mil formas a cada cual más pesadillesca, tanto en lo onírico como en lo aterrador, demostrando que el hombre es un lobo para la mujer. ¡Ah! Y la abuela no es otra que Angela Lansbury.
Blancanieves, un cuento de terror (1997)
Esta película de Michael Cohn siguió la idea de Jordan, cambiando Caperucita por Blancanieves, y haciendo de Sigourney Weaver una madrastra particularmente malvada que se transforma en una bruja particularmente repugnante. La manzana es la de siempre, pero morderla empezó a ser mucho más letal, ahora también para los adultos, y lo seguirá siendo porque ya tiene un remake en clave Public Domain, The Death of Snow White, donde Sanae Loutsis, reina del grito PD, viene acompañada de unos “enanitos” de lo más agresivo.
The Lure (2015)
La película de la polaca Agnieszka Smoczynska también es un hito bastante recomendable en esta tendencia atroz que ha acabado explotando en este Terrifier mundo. En su caso, desmonta el mito de la sirenita, trayéndose un par de ellas a unos años ochenta en los que abunda la música disco y los colores chillones, que se traducen en números de puro musical. Divertida de manera desigual, pero entretenida en su conjunto, ilustra la idea del canto de las sirenas, y lo que les ocurre a los hombres que no pueden resistirse a él: morir a dentelladas.
Gretel y Hansel: un oscuro cuento de hadas (2020)
Ya lo advierte el título, esta versión es la más oscura de las muchas que circulan sobre el cuento de los hermanos Grimm, aunque ahí también la competencia está muy reñida. Quizás no sea la película que más miedo da de Osgood Perkins, director de Longlegs, pero es en la que despliega un mayor poderío visual en forma de barroco caleidoscópico y alucinado. También tiene un acusado toque feminista, lo cual está muy bien, aunque hay que seguir manteniendo alejados a los niños. Esto también les dejaría un traumita.
Cisne negro (2010)
¿Sorprende en esta lista la película de Darren Aronofsky por la que Nathalie Portman se embolsó el Oscar a la Mejor Actriz? Bueno, había que subir el nivel de calidad... Y además está basada, a su manera, en el célebre cuento de hadas / ballet de Piotr Ilich Chaikovski "El lago de los cisnes". Cuando se estrenó en 1877 nadie vio venir que podía llegar a inspirar un psycho-thriller enloquecido en el que una bailarina que cojea por el lado oscuro acaba metamorfoseando en el cisne del título. En su caso, al menos, puede que el compositor esté aplaudiendo.
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