Los feminismos cuestionan las listas cerradas y los Días de la Mujer son cada día, vale, pero es 8M y quieres descubrir alguna perla que vibre acorde con este “festivo que no debería serlo”. Desde JustWatch hemos preparado un escaparate variado con películas de procedencias, épocas y tonos diferentes. De la comedia dicharachera al drama corresponsable, incluyendo (como toca) a lesbianas, racializadas, trans y no binaries. Vamos con esas diez recomendaciones:
1. Una canta, la otra no (Agnès Varda, 1977)
Primera recomendación algo resabida, pero la Varda sintoniza con el espíritu festivo-molestón del 8M, y se constituye en un documento tan demarcado en el tiempo pero nunca caduco, que si no la habéis visto aún os animo a descubrirla. Amigas que nos cuidan, nuevos modelos de familia y un patchwork libérrimo pero nada pretencioso. Un abrazo de película que completaría con su debido spin-off, ‘Plaisirs d’amour en Iran’, corto dirigido por la misma Varda.
2. El pájaro de la felicidad (Pilar Miró, 1990)
Se suele recurrir a ‘Thelma y Louise’ (Ridley Scott, 1991) como el epítome de lo feminista en el cine. Podríamos gastar tinta discutiéndolo, o podemos recuperar esta perla de Pilar Miró (su mejor película, si me preguntan). En ella, Mercedes Sampietro se aísla en un casoplón en Almería donde relajar todas sus contracturas emocionales… Y ahí se abre a redescubrir la intimidad, junto a José Sacristán y Aitana Sánchez-Gijón. El título no hace justicia a un pepino cinematográfico, repleto de poesía de Ángel González.
3.The Watermelon Woman (Cheryl Dunye, 1996)
¡Bolloenredos para reírse a carcajadas! El feminismo blanco (o “blanquito”, diría Dunye) no es feminismo, y el feminismo canonizado sólo puede representar la punta del iceberg de nuestra lucha. Por lo tanto: hagamos memoria de las abuelas y honremos el picar piedra de les compañeres negres, latines y gitanes. Oh, y disfrutemos del camino. Aquí, con un viaje meta por el Nueva York lesbiano de los noventa en busca de la “mujer de la sandía”, la abuela que te gustaría haber conocido mejor.
4. Ivo (Eva Trobisch, 2024)
Va un drama que yo recomendaría a todo el mundo, incluso / más si hemos pasado por algún proceso reciente de cuidados paliativos. Emoción contenida, dilemas de los de verdad y alternativas realistas a jodiendas graves. Al final del día, un abrazo que no nos niega el dolor. Sirva esta joya reciente pero infraconocida para recordarnos que el trabajo no remunerado es trabajo y la salud debería entrar en todo programa político que se considere feminista.
5. Julie y Julia (Nora Ephron, 2009)
¿Y qué hacemos con nuestras expectativas? ¿Qué pasa con los sueños que nos dan vidilla, después de largas jornadas de trabajo, pero que también nos frustran y desgastan? Así se lo preguntaba Greta Gerwig en ‘Lady Bird’, ¿de veras sufre tanto la mejor versión de nosotres mismes? La grandísima Nora Ephron ponía el feminismo entre el lunes y el viernes, y sabrosona iba abriendo melones: por ejemplo, que la “referenta” Meryl Streep se descubriera algo menos que perfecta. Una comedia de-li-cio-sa.
6. Breves encuentros (Kira Muratova, 1967)
Kira Muratova lo rompió todo con esta perla, aún a la sombra. Primero, escribió un triángulo amoroso donde él no es lo más remotamente importante. Luego, lo relató de forma fragmentaria, entre tiempos (tiembla, Nolan) y cuestionándose entre el naturalismo más descarnado y episodios de pura magia. Especialmente adecuada para cineastas en ciernes, representa un buen entrante al mejor cine soviético y, no obstante, no se parece a nada que hayáis visto antes. Sugerencia adicional: la película casa bien en programa doble junto con ‘Wanda’ de la también infravaloradísima Barbara Loden.
7. La decisión de Sophie (Lillah Halla, 2023)
En el Brasil de Bolsonaro, interrumpir el embarazo se condena social y penalmente y, por ello, el debut de Lillah Halla comparte con las fantásticas ‘El acontecimiento’ o ‘Nunca, casi nunca, a veces, siempre’ un sentido de congestión nauseabunda. Sin embargo, en Sao Paulo el phonk suena duro. De hecho, el cine queer brasilero es de los más libres y vanguardistas del globo… Será que cuando los muros son altos, nos apañamos para convertir limones en limonada. El amor no lo arregla todo pero sí nos permite levantarnos una vez y otra.
8. Orlando (Sally Potter, 1992)
Recomendaría ‘Orlando, mi biografía política’, el ensayo de Paul B. Preciado que cuestiona las bases falsamente exotizantes y binarias de la adaptación de Potter sobre la novela de Virginia Woolf, porque es excelente, intelectual y vivencialmente. Pero elloo nos privaría de celebrar una vez más la coautoría de Tilda Swinton. Además, lo problemático siempre es productivo: no dejemos de hablar sobre las películas que ahora nos chirrían.
9. La luna se levanta (Kinuyo Tanaka, 1954)
Si ‘Cuando una mujer sube la escalera’ de Mikio Naruse o ‘Primavera tardía’ de Yasujiro Ozu te marcaron pero echas de menos algo de vida en sus protagonistas sacrificadas, desairadas y suspirantes, espera a ver ‘La luna se levanta. Tanaka fue una de las (únicas y) mejores cineastas japonesas de su época, aunque aún es más conocida en su faceta de actriz… Aquí sirve c*ño, desenfado y la chicha de las dramedias de enredos. Puerta de entrada ideal para descubrir el cine japonés y, ojo, ha envejecido como el mejor vino.
10. The Ballad of Genesis and Lady Jaye (Marie Losier, 2011)
Que nos operemos, señores, os molesta. Que no nos operemos, también. Encontraréis pegas a que nos juntemos en parejas abiertas, triejas o cualquier tipo de relación que desafíe los estándares aceptables del amor romántico. Levantaréis cejas ante nuestros tatuajes y nuestras alteridades físicas, a cualquier no binarismo que no sea bello, andrógino y amuchachado… Bueno. Con este documental, Genesis y Lady Jaye os mandan a todes a tomar por saco.
Dónde ver las mejores películas feministas para el 8M
Este es el listado de JustWatch con todas las películas recomendadas para ver con motivo del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, y en qué plataformas encontrarlas.